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Most mycorrhizal fungi live their entire lives underground – many of them don’t even make mushrooms, the fruiting bodies of fungi that pop up above the soil level. The hidden nature of these organisms can make studying them particularly challenging. For organisms like plants and animals, scientists can gather observational data, counting and recording or tagging study subjects. When it comes to belowground fungi and microbes, these surveys become more complicated.
Hace tiempo que sabemos que el carbono fluye de las plantas a los hongos micorrícicos. Es una de las piezas centrales de este tipo de simbiosis planta-hongo. Pero hasta ahora no disponíamos de una buena estimación global de la magnitud de ese flujo de carbono. Con esta revisión, nuestro objetivo era sintetizar todos los datos que existen actualmente para intentar comprender mejor este componente del ciclo del carbono que se pasa por alto.
Los paisajes urbanos de todo el mundo se están expandiendo debido al crecimiento de la población humana. Sin embargo, son escasos los estudios centrados en la diversidad y estructura de las comunidades de ectomicorrizas en entornos urbanos. En Colombia, el roble andino es un árbol ectomicorrícico que prospera en los bosques montanos tropicales y alberga una gran diversidad de hongos ectomicorrícicos. El roble andino se planta como árbol urbano en Bogotá, Colombia. Los autores estudiaron cómo cambian las comunidades fúngicas asociadas a las raíces de este árbol entre zonas naturales y urbanas. Descubrieron que los robles andinos urbanos pueden albergar un elevado número de hongos ectomicorrícicos en sus raíces, pero que la contaminación urbana podría estar favoreciendo comunidades tolerantes al estrés que son completamente diferentes de las de los sitios rurales.
Las ciudades son entornos estresantes para las plantas, azotadas por el calor, la contaminación y la pérdida de biodiversidad. Como consecuencia, las comunidades vegetales tienden a sufrir en azoteas verdes, parques y muros vivos. Encontrar soluciones para ayudar a las plantas a crecer en entornos estresantes es un objetivo de la ciudad sostenible. Una solución es incorporar mejor la simbiosis planta-microbio en la arquitectura verde. Los hongos y bacterias simbióticos pueden aportar nutrientes, agua y ayudar a las plantas a hacer frente al estrés urbano. La reconceptualización de la infraestructura verde desde una perspectiva centrada en los microbios tiene el potencial de mejorar la salud, el crecimiento y la diversidad de las plantas en las ciudades.
La incorporación de simbiosis mutualistas a la infraestructura verde y la arquitectura paisajística es una forma sostenible de mejorar los espacios verdes urbanos. En este artículo, los autores analizan cómo los hongos y bacterias simbióticos pueden ayudar a mitigar los factores de estrés de las plantas en las ciudades.
Los sistemas radiculares de la mayoría de las especies vegetales se ven favorecidos por la capacidad de alimentación del suelo de los hongos mic orrícicos arbusculares simbióticos del subfilo Glomeromycotina. En este artículo, los autores ensamblan el genoma de Rhizophagus irregularis, la especie modelo para estudiar los hongos micorrícicos arbusculares en el laboratorio. La comprensión de la biología y la genética de cualquier organismo depende de la presencia de un "genoma de referencia" de alta calidad. Al llevar a cabo esta visión a escala cromosómica del genoma de un hongo micorrícico arbuscular, los autores revelan fuentes hasta ahora inexploradas de novedad genómica en un organismo que evoluciona bajo un ciclo de vida simbiótico obligado.