Los hongos micorrícicos sustentan la vida en la Tierra, pero los estamos destruyendo a un ritmo alarmante. Al hacerlo, desestabilizamos los ecosistemas y perdemos el acceso a un vasto sistema de captura de nutrientes que podría ayudar a reformar la agricultura, la silvicultura y la captura de carbono.

Paisaje devastado por un incendio forestal
La destrucción del hábitat es la principal amenaza para la diversidad fúngica mundial
Sistema de autopistas

DESTRUCCIÓN DEL HÁBITAT

La pérdida de hábitat es el mayor factor de pérdida de biodiversidad en todo el mundo. Sin sus socios vegetales, los hongos micorrícicos no pueden sobrevivir. La tala de árboles, la agricultura y la urbanización provocan una drástica alteración de la estructura y la integridad física de las redes fúngicas subterráneas. Esto perjudica su capacidad de secuestrar carbono, mover nutrientes y promover la agregación del suelo.

Cuando se destruyen los hábitats, la estructura de la comunidad fúngica se altera drásticamente debido a (i) los cambios en el microclima local, (ii) la pérdida de socios vegetales y (iii) el aumento masivo de la erosión del suelo. Los daños pueden tardar décadas en recuperarse. La pérdida de praderas y bosques es especialmente preocupante. Los pastizales contienen entre el 20 y el 30% del carbono del suelo del mundo, en gran parte gracias a los muchos billones de kilómetros de redes de hongos que arrastran activamente el carbono hacia las capas profundas del suelo bajo las raíces del césped. Pero la degradación de los pastizales es generalizada y se está acelerando. Las redes bajo los bosques también se están perdiendo: la tala está asociada a una disminución masiva de la diversidad fúngica que puede tardar más de 50 años en recuperarse.


FUENTES
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Bardgett, R.D. et al. "Combatting global grassland degradation". Nat. Rev. Earth Environ. 2, 720-735 (2021)
Chen, J. "Historical logging alters soil fungal community composition and network in a tropical rainforest". For. Ecol. Manage 433, 228-329 (2019)
Hartmann, M. et al. "Significant and persistent impact of timber harvesting on soil microbial communities in Northern coniferous forests". ISME J 6, 2199-2218 (2012)
Lughadha, E.N. et al. "Extinction risk and threats to plants and fungi". Plants, People, Planet 2, 389-408 (2020)
Song, P. et al. "Effects of historical logging on soil microbial communities in a subtropical forest in southern China". Plant Soil 397, 115-126 (2015)
Sterkenburg, E. et al. "The significance of retention trees for survival of ectomycorrhizal fungi in clear-cut Scots pine forests". J. Appl. Ecol. 56, 1367-1378 (2019).

EXPANSIÓN AGRÍCOLA

Casi todos los cultivos dependen de los hongos micorrícicos. Sin embargo, la agricultura industrial emplea un laboreo agresivo y grandes cantidades de fertilizantes químicos, fungicidas y pesticidas que devastan las redes fúngicas. Sin sus socios fúngicos, los cultivos requieren más insumos químicos y son más vulnerables a la sequía, la erosión del suelo, las plagas y los patógenos.

La agricultura industrial se basa en el laboreo y en enormes aportes de fertilizantes, pesticidas y fungicidas, todo lo cual disminuye la abundancia, la eficacia y la diversidad de las redes de hongos micorrícicos. Un estudio reciente descubrió que la abundancia de las redes de hongos era mayor en los campos gestionados de forma orgánica, y que las comunidades de hongos eran también mucho más complejas: se identificaron veintisiete especies de hongos altamente conectadas, o "especies clave", en comparación con ninguna en los campos gestionados de forma convencional. El laboreo frecuente y agresivo altera las comunidades fúngicas, provocando una disminución significativa de la biomasa y la diversidad en comparación con los sistemas de labranza cero. La aplicación de fungicidas deteriora aún más las redes fúngicas, reduciendo la absorción de fósforo en las tierras de cultivo en más de un 40%. Los efectos negativos de las prácticas agrícolas se extienden mucho más allá de los campos de los agricultores. Un amplio estudio publicado en 2018 sugería que el "alarmante deterioro" de la salud de los árboles en toda Europa se debía a una alteración de sus relaciones micorrícicas, provocada por la contaminación por nitrógeno.

FUENTES
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van der Linde, S. et al. "Environment and host as large-scale controls of ectomycorrhizal fungi". Nature 558, 243-248 (2018)
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~40%
de la superficie terrestre se utiliza para la agricultura
Los incendios reducen la biomasa fúngica hasta un 96%.
Secuelas de los incendios forestales

ALTERACIÓN DEL CLIMA

Las temperaturas extremas, la sequía y las inundaciones amenazan la capacidad de los hongos micorrícicos del mundo para trasladar nutrientes y almacenar carbono. Las perturbaciones derivadas de la alteración del clima, como los intensos incendios forestales, destruyen las plantas y los hongos micorrícicos del subsuelo.

Los incendios forestales y otros fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más intensos y frecuentes. Los incendios graves son especialmente destructivos para los organismos del suelo, como los hongos. Después de un incendio, los microorganismos del suelo pueden tardar más de una década en alcanzar los niveles anteriores al incendio. Las redes de hongos son más vulnerables a los incendios forestales que el resto de la biota del suelo, y sufren reducciones masivas de la diversidad. Estos cambios en la composición de las comunidades fúngicas pueden alterar la estructura de la comunidad vegetal y tener efectos en cascada a través de los niveles tróficos, disminuyendo la riqueza de los alimentadores fúngicos, como los artrópodos, en bosques y praderas. Las redes de micorrizas en los bosques adquieren aún más importancia con el aumento de las temperaturas debido a su capacidad de proporcionar agua a las plantas huéspedes. Los hongos micorrícicos pueden ayudar a las plantas a soportar sequías extremas.

FUENTES
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Dove, N.C., Hart, S.C. "Fire Reduces Fungal Species Richness and In Situ Mycorrhizal Colonization: A Meta-Analysis". Fire Ecol. 13, 37-65 (2017)
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