Amenazas para los hongos micorrícicos
¿Cómo están amenazados y qué podemos hacer para cuidar mejor de los hongos subterráneos de la Tierra?
Este artículo lo explica:
a) la biodiversidad subterránea es en gran medida invisible y constituye la mayor parte de la biodiversidad de la Tierra
b) por qué es importante esta biodiversidad
c) enumera las principales categorías de amenazas directas e indirectas para la biodiversidad micorrícica subterránea
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Los hongos micorrícicos son una parte esencial de los ecosistemas de la Tierra. Estos antiguos organismos forman una relación simbiótica con las plantas, ayudándolas a absorber agua y nutrientes del suelo. A cambio, las plantas proporcionan carbono a los hongos. Esta relación mutuamente beneficiosa es crucial para la salud de los ecosistemas subterráneos. Por desgracia, los hongos micorrícicos se enfrentan a numerosas amenazas. La perturbación de las redes de micorrizas puede alterar los ecosistemas aéreos que sustentan.
Se estima que un asombroso 59% de toda la biodiversidad planetaria se encuentra bajo tierra. Sin embargo, a menudo se ignora esta diversidad oculta.
Investigaciones recientes estiman que el 59% de toda la biodiversidad del planeta vive bajo tierra. Si no tenemos en cuenta las amenazas a los ecosistemas del suelo, estamos ignorando más de la mitad de la biodiversidad del planeta. La biodiversidad subterránea es fundamental para promover la salud del suelo y de los ecosistemas en general, y proporciona muchos de los servicios y recursos naturales de los que dependemos para formar nuestras economías globales y para sostener la vida humana.
Entender los hongos micorrícicos
Antes de adentrarnos en las amenazas, es importante entender qué son los hongos micorrícicos y por qué son tan vitales. Hay dos tipos principales: los hongos micorrícicos arbusculares (H MA) y los hongos ectomicorrícicos (HME). Los HMA penetran en las células radiculares de las plantas, mientras que los HEC forman una vaina alrededor de las raíces. Se calcula que la diversidad total de los HMA oscila entre 300 y 1600 especies, mientras que los HEC superan probablemente las 20.000 especies en la Tierra. Ambos tipos aumentan la capacidad de la planta para acceder a nutrientes como el fósforo y el nitrógeno, mejorando su crecimiento y resistencia.
La importancia de los ecosistemas subterráneos
Los ecosistemas subterráneos, que incluyen el suelo, las raíces y los microorganismos, desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento de la salud de las plantas y la estabilidad de los ecosistemas. Los hongos micorrícicos son un componente clave de estos ecosistemas, ya que facilitan el ciclo de los nutrientes y mejoran la estructura del suelo. También ayudan a las plantas a resistir el estrés ambiental, como la sequía y las enfermedades, por lo que son indispensables tanto para los sistemas naturales como para los agrícolas.
Sabemos más de la biodiversidad aérea que de la subterránea
No sabemos mucho sobre las amenazas a la biodiversidad subterránea en comparación con lo que sabemos sobre las amenazas a la biodiversidad aérea. Es obvio que si se tala un bosque y se siguen las poblaciones de aves a lo largo del tiempo, su hábitat se ha reducido drásticamente. Resulta mucho más difícil comprender y medir con precisión el impacto sobre la biodiversidad subterránea o fúngica.
Actividades directamente perjudiciales para los hongos micorrícicos
Hay formas muy directas de afectar a los hábitats subterráneos en detrimento de la biodiversidad del suelo y de los hongos. Entre ellas se incluyen la alteración física del hábitat del suelo mediante la labranza o la eliminación de plantas (tala rasa), la compactación del suelo al conducir maquinaria pesada sobre él y la aplicación directa de insumos químicos, como pesticidas y fungicidas, que pueden tener un efecto negativo sobre la diversidad y abundancia de hongos. A continuación se describen con más detalle.
Perturbación del suelo
Actividades como la construcción, la agricultura y la deforestación pueden alterar gravemente el suelo, dañando o destruyendo las redes micorrícicas. La compactación del suelo y la erosión reducen el hábitat de los hongos, limitando su capacidad para colonizar las raíces de las plantas o construir redes de hifas dentro de los suelos.
Uso de productos químicos
El uso de fertilizantes químicos y pesticidas puede perjudicar a los hongos micorrícicos. El exceso de fertilizantes puede provocar desequilibrios de nutrientes, reduciendo la dependencia de las plantas de las asociaciones micorrícicas. Los plaguicidas, sobre todo los fungicidas, pueden matar directamente a los hongos micorrícicos, alterando sus redes y los ecosistemas que sustentan. La aplicación directa de insumos químicos que modifican la dinámica de nutrientes de sistemas regulados de forma natural por hongos micorrícicos. Del mismo modo, la aplicación de pesticidas, herbicidas o fungicidas puede tener un efecto extremadamente perjudicial sobre la diversidad y abundancia de los hongos micorrícicos.
Contaminación
Contaminantes como los metales pesados y la lluvia ácida pueden afectar negativamente a los hongos micorrícicos. Estas sustancias alteran la química del suelo, haciéndolo inhóspito para los hongos sensibles e impidiéndoles formar relaciones simbióticas con las plantas. Pero algunos hongos micorrícicos incluso ayudan a las plantas a tolerar la contaminación por metales pesados. En la actualidad existe un interés creciente por utilizar estos hongos simbióticos como herramienta de biorremediación para los millones de terrenos contaminados que cubren 20 millones de hectáreas en todo el planeta.
Amenazas indirectas para las poblaciones de micorrizas
Ejemplos de actividades indirectas perjudiciales para la biodiversidad de hongos micorrícicos subterráneos:
- Reducción del hábitat
- Hábitat fragmentado
- Urbanización
- Cambio climático por cambios de temperatura o sequías
- Especies vegetales o fúngicas invasoras que llegan a una comunidad natural
- Cambios en las poblaciones de especies arbóreas forestales
- Pérdida de hábitat por la pérdida de su interacción simbiótica, de pareja.
- Pérdida de hábitat,
- Disturbios
Las amenazas indirectas también pueden afectar a los hongos micorrícicos al alterar el entorno en el que se desarrollan. Entre estas amenazas se incluyen:
Cambio climático
El cambio climático representa una importante amenaza para los hongos micorrícicos. El aumento de las temperaturas y los cambios en el régimen de precipitaciones pueden alterar las condiciones del suelo y afectar a la supervivencia y el funcionamiento de las redes de micorrizas. Además, el cambio climático puede provocar cambios en las comunidades vegetales que afecten a la disponibilidad de plantas huésped para los hongos. En toda Norteamérica, los pinares podrían perder hasta ¼ de sus especies EcM, y más de ⅓ de las simbiosis árbol-EcM están en peligro debido al cambio climático.
Pérdida de hábitats
La destrucción de hábitats naturales reduce la disponibilidad de entornos adecuados para los hongos micorrícicos. A medida que los bosques, praderas y otros ecosistemas se convierten para la agricultura o el desarrollo urbano, los hongos pierden hábitats esenciales, lo que provoca el declive de sus poblaciones.
Especies invasoras
Las especies vegetales invasoras pueden alterar las comunidades vegetales autóctonas y sus redes micorrícicas asociadas. Estas invasoras suelen formar distintos tipos de asociaciones micorrícicas o ninguna, lo que altera el ciclo de los nutrientes y reduce la resistencia de los ecosistemas subterráneos.
Qué podemos hacer para proteger las redes micorrícicas
Dada la importancia de los hongos micorrícicos para la salud de los ecosistemas, es crucial tomar medidas para fomentar, preservar y defender la protección de estas redes.
Conservación del hábitat
La conservación de los hábitats naturales es esencial para preservar las redes micorrícicas. La protección de bosques, praderas y otros ecosistemas garantiza que los hongos dispongan de los entornos que necesitan para desarrollarse. Apoyar proyectos de reforestación y restauración de hábitats también puede ayudar a reconstruir las redes de micorrizas dañadas.
Prácticas agrícolas sostenibles
La aplicación de prácticas agrícolas sostenibles puede ayudar a proteger los hongos micorrícicos. Estas prácticas pueden ayudar a mantener sanos los ecosistemas subterráneos. Los métodos de agricultura ecológica, que dan prioridad a la salud del suelo y la biodiversidad, son especialmente beneficiosos para los hongos micorrícicos.
Control de la contaminación
Reducir la contaminación es vital para la salud de los hongos micorrícicos. La aplicación de políticas que limiten las emisiones de sustancias nocivas y el fomento de prácticas sostenibles de gestión de residuos pueden ayudar a mantener la calidad del suelo y favorecer las poblaciones de micorrizas.
Investigación y educación
Es necesario seguir investigando para comprender mejor las complejas interacciones entre los hongos micorrícicos y sus entornos. Si invertimos en estudios científicos, podremos desarrollar estrategias de conservación más eficaces. Además, educar al público sobre la importancia de los hongos micorrícicos puede sensibilizarlo y fomentar acciones que apoyen su conservación.
Conclusión
Los hongos micorrícicos son componentes vitales de los ecosistemas subterráneos y desempeñan un papel crucial en la salud de las plantas y el ciclo de los nutrientes. Sin embargo, se enfrentan a graves amenazas, tanto directas como indirectas, que pueden perturbar sus redes y los ecosistemas que sustentan. Es importante tener en cuenta no sólo las alteraciones físicas del medio edáfico, sino también todos los factores indirectos que pueden afectar a los hongos micorrícicos, como la exposición a la contaminación y el aumento de la temperatura. En muchos casos, los científicos observan que los hongos micorrícicos son sensibles a impactos como la pérdida de hábitat, las perturbaciones o el cambio climático y la urbanización.
Necesitamos desarrollar herramientas para una perspectiva global sobre dónde se concentran las amenazas a la biodiversidad subterránea
Actualmente carecemos de una perspectiva global sobre dónde se concentran las amenazas directas e indirectas para la biodiversidad subterránea. Tenemos que desarrollar herramientas o procedimientos analíticos que nos ayuden a determinar dónde se concentran las mayores amenazas para la biodiversidad subterránea. A continuación, debemos realizar un seguimiento a lo largo del tiempo, como hacemos con los ecosistemas forestales mediante satélites. Disponemos de sistemas de vigilancia de la biodiversidad y la pérdida de hábitats en la superficie, pero carecemos de herramientas y métodos similares para la biodiversidad subterránea,