Los bosques de gran altitud de Córcega se consideran laboratorios vivientes de la respuesta de los ecosistemas antiguos al cambio climático.
Nuestro objetivo en esta expedición era empezar a descifrar cómo los árboles más antiguos del Mediterráneo se asocian con los hongos para sobrevivir a las tensiones climáticas extremas. En los últimos años, estos ecosistemas antiguos se han enfrentado a los efectos más extremos de un clima que se calienta rápidamente: las sequías extremas están aumentando, se prevé que los días de "alto riesgo de incendios" se dupliquen y los suelos de la isla se erosionan más rápido que en casi cualquier otro lugar de Europa.